jueves, 6 de noviembre de 2008

Una terapia dirigida elimina y repara zonas alteradas de ADN

Genómica

Una terapia dirigida elimina y repara zonas alteradas de ADN

Una enzima con elevada especificidad para reconocer secuencias concretas de ADN es la herramienta clave de una novedosa terapia celular dirigida que elimina alteraciones y promueve la reparación celular. Se conoce como bisturí molecular y se ha probado en células humanas.

Raquel Serrano. Diario Médico. 06/11/2008

El grupo de Guillermo Montoya, jefe de Cristalografía de Macromoléculas de Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), ha desarrollado una novedosa estrategia para reparar zonas dañadas del ADN. El hallazgo, que se publica hoy en Nature, podría tener importante implicaciones biotecnológicas y ser una eficaz herramienta para el tratamiento de enfermedades de diversa índole.La estrategia, a la que se conoce como bisturí o tijera molecular, se centra básicamente en extraer células con el ADN dañado, cortar la secuencia alterada y el segmento exacto dañado, reemplazarlo por otro reparado en cultivo y posteriormente reintroducir el tejido celular que ha quedado libre de la enfermedad causante.Quimera reconocedoraLa gran protagonista de la reparación, según ha explicado Montoya a DM, es una enzima, una meganucleasa, que reconoce la zona del ADN en la que se encuentra la alteración cromosómica causante de la enfermedad. "Este tipo de enzimas existen y se producen de manera natural en diferentes organismos. Su característica fundamental para que puedan ser alteradas es su elevada especificidad para reconocer y cortar una secuencia concreta de ADN. Es como hacer un corta-pega informático en tratamiento de textos".Cáncer e inmunidadLa aportación del grupo del CNIO y la gran novedad del hallazgo es que es posible modificar estas enzimas para conseguir que corten o eliminen las secuencias de ADN elegidas. Dicho de otra forma: se trata de "diseñar estas proteínas como herramientas para cortar los sitios de ADN en los que hay mutaciones y promover posteriormente su reparación. Para ello se han llevado a cabo modificaciones enzimáticas hasta conseguir una quimera que reconoce de forma específica".El bisturí molecular ya se ha puesto en práctica en cultivos celulares de ratón, así como en células humanas portadoras de xeroderma pigmentoso, una enfermedad genética, autosómica y recesiva, aunque "ya tenemos datos sobre otros genes que están mutados en cánceres, sobre todo algunos tipos de leucemias, así como ciertas enfermedades de tipo inmunitario".En este sentido, y ante el potencial valor y teórico uso de esta nueva terapia molecular sobre cualquier patología monogénica con una alteración en el ADN, Montoya considera que "dependería de que la enzima fuera extremadamente específica para no seccionar el ADN fuera del sitio concreto. Pero, potencialmente, sí es aplicable". Añade, además, que en combinación con la actual tecnología de células madre, esta estrategia puede suponer un importante avance en algunas terapias.La toxicidad del tratamiento, derivada de que la resección de la zona del ADN alterada fuera indiscriminada y que se traduciría en daño celular, es un riesgo que existe y que se ha tenido en cuenta, aunque en xerodema no se ha observado. "Pero como el tratamiento se realiza ex vivo -en el paciente-, el riesgo es mínimo porque se puede analizar si la enzima está mal diseñada". En el estudio han colaborado además Luis Serrano y Francisco Blanco, del Centro de Regulación Genómica, de Barcelona, y la empresa francesa Cellectis.

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